lecho, en cuyo arenal impares huellas
puntean de un quebrado escalofrío
mi soledad sin voz y sin estrellas,
cada día, al morir, me arroja, inerme,
sobre la costa en que el recuerdo espía
el umbrío regazo donde aduerme
mi soliloquio su ansia de vigía.
¡Vigía-buzo, en sueños, mi esperanza!
Buzo en las galerías submarinas
de cuyo seno hacia mi pecho avanza
tu sombra, vena pura de sus minas,
clave del sueño en que a mi carne aprieto
tu ausencia y mi sollozo en esqueleto.
José María Quiroga Plá
Héroe: época 1, año 1932, número 4
Versión auditiva de la obra
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